Cambiarle los pañales, darle de mamar, hacerle el aseo diario, peinarlo… estas acciones cotidianas que te hacen estar en permanente contacto con tu bebé satisfaciéndole sus necesidades básicas, son las bases en las que a medida que tú y tu pareja os vais relajando y sintiendo que lo que estáis haciendo está bien, aparecerán los primeros juegos.
La manera de ser sostenido, la calidez del abrazo, la seguridad de vuestros brazos, el mecerlo en determinados momentos, las primeras sonrisas, las caricias, el amor y las canciones son las señales en las que se fijará tu bebé para distinguir cuándo estás jugando con él.
Durante los primeros meses del bebé el primer objeto de juego que tienen es su propio cuerpo. Se chupan las manos, tratan de llevarse los pies a la boca, etc.
En este periodo empiezan a encantarles hacer palmas mientras tú les cantas una canción. Existen muchísimas canciones, seguro que recuerdas alguna de tu propia infancia. También empiezan a mostrar mucho interés por los sonajeros que al moverse hacen ruidito y a ellos les gusta mucho seguirlos por el movimiento o por la música misma.