En el post anterior explicábamos las claves para prevenir posibles resfriados de los bebés y protegerlos el frío. Uno de los consejos era abrigar al niño, pero no hacerlo en exceso. Saber como abrigar a los más pequeños es importante y más en estas fechas en las que las temperaturas han bajado repentinamente. Abrigar más de la cuenta al bebé puede causar efectos negativos y ser contraproducente. Hay que saber como hacerlo de manera adecuada para que el niño esté lo suficientemente protegido del frío, pero sin que llegue a pasar calor o pueda agobiarse por el exceso de ropa. Por ello, explicamos las claves para abrigar al bebé.
CONSEJOS PARA ABRIGAR AL BEBÉ
Controlar la temperatura de manera correcta: Uno de los errores más frecuentes en los padres primerizos es medir la temperatura del bebé tocando sus manos. Se trata de un ‘termómetro’ incorrecto. Las manos del bebé, así como las orejas o los píes, pueden llevar a equívoco puesto que tienen a estar frías, ya que la circulación sanguínea no llega a esas zonas tal y como lo hace en un adulto. Lo más recomendable es medir su temperatura tocándole la barriga, la espalda o el cuello.
Nunca abrigarles en exceso: Muchos padres tienen a abrir a los bebés en exceso, creyendo que es una medida acertada para prevenirles del frío. Sin embargo, se trata de una estrategia equivocada y que puede tener efectos negativos y facilitar la llegada de un resfriado. Si se le abriga demasiado, el bebé será más vulnerable ante el frío.
Utilizar varias capas: Es importante utilizar varias capas para abrigar al bebé. Es una estrategia inteligente porque te permite ir quitándole capas en el caso de que suba la temperatura y el bebé pueda tener calor. También ayuda para combatir con los cambios bruscos al entrar en tiendas en las que haya una temperatura más alta.
Una capa más que tú: Un truco para encontrar la medida exacta con la que abrigar al bebé es utilizar una capa más de las que llevas puesta tú. Según los especialistas es recomendable que los bebé utilicen una capa más que los padres puesto que al estar parados la sensación térmica es más baja.