Con la llegada del frío hay que optimizar los cuidados de nuestros bebés para evitar un posible resfriado. Nuestras abuelas ya nos enseñaron que más valía prevenir que curar y, en este caso, el dicho es más acertado que nunca. La bajada de las temperaturas provoca que aumente el riesgo de resfriado para nosotros mismos, pero también para nuestro bebé. Por ello, conviene extremar las medidas de prevención, con el fin de evitar que nuestro bebé pueda superar su primera Navidad habiendo estado lo más lejos posible de los incómodos moquitos.
CONSEJOS PARA EVITAR EL RESFRIADO DEL BEBÉ
Seguir una buena alimentación: La mejor manera de prevenir un resfriado es que el bebé esté sano gracias a una buena alimentación. Es necesario que cuente con las vitaminas y proteínas para estar fuerte ante el frío y resistir las inclemencias del tiempo. No hay que olvidar que el frío provoca que gastemos más calorías que en invierno, por lo que conviene reforzar la alimentación para fortalecer las defensas del bebé, lo que le ayudará a protegerse de un resfriado y de otras enfermedades.
Ventilar el entorno: Para evitar que se queden los virus estancado en el ambiente, conviene ventilar las zonas en las que acostumbre a estar el bebé. Al menos durante una vez al día es necesario airear la casa para limpiarla de posibles virus. Basta con dejar abierta la ventana y la puerta durante un rato para ventilar la habitación.
Evitar el frío: Evidentemente, conviene evitar que el bebé pase frío. Es necesario que el niño esté refugiado del frío lo mejor posible. En casa es sencillo mantenerlo a la temperatura adecuada, pero la misión se complica en la calle. Hay que comprar ropa de abrigo de calidad para que el bebé esté protegido ante el frío. Tampoco conviene abrigarle en exceso porque puede resultar contraproducente.