Arnés para bebés… ¿Sí o No?

Son muchas las opiniones sobre el arnés de apoyo para caminar que se usa con los bebés Hay algunos padres que opinan que coarta la libertad de movimiento del niño y crean dependencia, mientras que hay otros que piensan en la seguridad de sus hijos.

Este artilugio nace de la atención que se daba a niños con discapacidad motriz. Está planteado para servir como ayuda al niño con poca fuerza o mucha inestabilidad para recibir un apoyo externo que le permita llegar a moverse caminando, siendo poco probable que pudiera hacerlo sin ayuda., pero con el tiempo se extendió como medida de seguridad para los niños que ya andaban por si solos.

El elemento fundamental está en la etapa de utilización. Si el niño ya camina con estabilidad y autonomía, el arnés podría ser de ayuda para guiarle, evitar caídas y cualquier accidente porque se pierden de vista, es decir, como medida de seguridad a la hora de dar un paseo fuera de casa. La cosa cambia si empleamos su uso cuando el niño todavía no camina por sus propios medios, pues estaríamos condicionando todo su patrón de movimiento y su desarrollo motor, ya que se produciría una dependencia hacia este dispositivo externo y disminución del rendimiento.

Hay muchos ejemplos cotidianos para esto: la debilidad de un miembro cuando se coloca una escayola, la dependencia de la faja o de la muñequera cuando se utilizan de forma continuada, el cambio de esquema de movimiento cuando se utilizan bastones o muletas. Además en el caso de los niños, estos están constantemente absorbiendo todo lo que les rodea, por lo que integran enseguida esta ayuda externa como elemento propio, distorsionando un desarrollo normal.

Finalmente, hay una opinión negativa sobre el arnés que está muy extendida y no tiene nada que ver con el desarrollo motor del niño, sino más bien la imagen que este da, hay padres que no pueden evitar ver el arnés y pensar en que sus hijos parecerán perros. Son de la idea de que los niños tienen que andar de la mano, luego solos, investigar, caerse, levantarse y perderse de vista para aprender a estar al lado de sus padres, y que si en un sitio determinado se tiene miedo a perderles, se les ordena que se queden a tu lado y que luego ya podrán andar, es decir, imponerse.

 

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