En la semana 35 del embarazo tanto el ser pequeñito que crece en tu interior como tu misma estáis casi listos para la nueva vida que os espera tras el parto. Pero hasta que eso suceda todavía ambos tenéis que experimentar nuevas sensaciones.
Tu debes tener claro, en este período, que si existe cualquier duda que ronda tu mente y no te deja descansar tranquila, bien relacionada con el parto, la dilatación, la salud del bebé en le momento del nacimiento, etc debes consultársela sin ninguna vergüenza o miedo a tu médico de confianza, es decir, al ginecólogo que tú elegiste para que te guiara en esta experiencia única para nosotras.
Debes también comenzar a ultimar detalles tales como la maleta que llevarás al hospital y que contenga cosas tuyas y de tu bebé o bebés. Como recordatorio indicarte que debes lavar muy bien toda la ropita del bebé con un jabón neutro y después acalrarla muy bien también. Tus camisones debes recordar que deben ser abiertos por delante, para facilitar la lactancia al pequeño y tus sujetadores, nada estéticos la verdad, también deben ser óptimos para el lactante.
En cuanto tu futor hijo, que ya pronto conocerás y podrás ver su carita y tocarlo, debes saber que el está creciendo y su formación está prácticamente completada por eso su espacio cada vez es más reducido y cuando se mueve comienza a molestarte a tí.
También debes saber que sus movimientos cada vez son y será hasta el final del embarazo más constantes y que eso es signo de que todo está marchando según los previsto.
Por lo demás, sólo queda esperar a que llegue el gran día. Ante todo calma y serenidad para afrontar esta última etapa del embarazo; quizás la más dura, ya que la tripa es bastante grande lo que impide que realices según que movimientos y te será más difícil conciliar el sueño.