¡Qué deprisa crecen nuestros bebés! y, sin darnos cuenta, ya tenemos delante de nosotros a unas pequeñas personitas de dos años que ya comienzan a forjar su propia personalidad. Pero de manera general, si podemos afirmar que los pequeños de dos a cuatro años entran en un estado de oposicionismo, que es una manera de autoafirmar su yo y de disrutar de su autonomía.
En este post analizaremos algunos patrones de conducta de los bebés, no tan bebés, de dos añitos:
1. No les gustan las novedades. Esta característica es extensible a cuando les ofrecemos un plato de comida por primera vez, de ahí que en numerosas ocasiones experimenteis que se niega a comérelo. El niño pequeño quiere comer lo que le gusta y satisface y rechaza lo nuevo porque para él es amenazante. Si a esto sumamos alguna situación difícil como la pérdida de una mascota, un periodo de tensión entre papá y mamá o la muerte de un abuelo pueden convertir al pequeño todavía más tiquismiquis.
2. Quieren tomar decisiones por sí mismos. A esta edad, los niños están constantemente echando un pulso a los padres. Tienen la fantasía de que pueden decidir por ellos mismos lo que quieren hacer o lo que quieren comer. Por eso, a los papis recomendamos mucha paciencia aunque no podemos permitir a nuestro pequeño que elija, por ejemplo en cuanto a la comida, lo que quiere comer, a pesar de que la nutrición es lo más importante para nuestro pequeño, pero tampoco podemos enfrentarnos él y desarrollar una batalla campal en cada negativa del pequeño.
3. A veces les agobiamos. Porque nosotros como papis consideramos que algo es bueno y por eso insistimos e insistimos creando enfrentamientos con el pequeño y presionándolo en numerosas ocasiones.
Por eso, debemos estar firmes ante las rabietas de los dos años pero con paciencia para no convertir en una discusión cada negativa del pequeño. Si es cierto que a partir de los 4 años, el pequeño cambiará su actitud de manera notable.