La mayor parte de las lesiones producidas en la espalda se deben a malas posturas o pequeños esfuerzos repetitivos que, poco a poco, van generando estas lesiones o problemas. Durante el embarazo, los efectos negativos de los vicios posturales se acusan más, porque la espalda está resentida por el creciente peso de la tripa y el equilibrio se ve alterado. Por ello hay que cuidar la postura al estar de pie un rato, cargar pesos e incluso al levantarse de la cama.
Por eso, os damos algunas nociones en cuanto a posuras básticas que realizais varias veces a lo largo del día. Por ejemplo, si váis a hacer la compra y utilizáis un carrito de la compra, debeis tener en cuenta que estos carritos sean de los que se empujan hacia delante. Los que se arrastran con la mano obligan a rotar la cintura y eso puede lastimar la espalda.
Si vais a hacer la compra, pero en este caso lleváis bolsas, debeis repartir en peso entre las dos manos. Es mejor llevar mochila o el bolso cruzado que tener que elevar el homrbo para que el bolso no se caiga.
En cuanto a las actividades estáticas diarias, principalmente en la cocina, debéis intentar siempre tener un pie subido a un pequeño peldaño, de forma que la pelvis se bascule hacia a trás y la espalda esté recta. De vez en cuando, baja un pie y sube el otro.
A la hora de levantarte de la cama, no debes incorporar el tronco de golpe. Antes, dobla las rodillas y colócate de lado. Después, eleva el tronco hasta quedarte a cuatro patas. Ponte de rodillas y adelanta una pierna para coger impulso.
Ya veréis como llevando a cabo estas posturas en el día a día comprobaréis lo bien que lleváis la espalda durante todo el embarazo, un período en el que hay que tener un especial cuidado.