Es de sobras conocido que durante el embarazo la mujer aumenta notablemente de peso. Pero sí es cierto, también, que son muchas las mamis y mujeres que engordan de manera no correcta, elevando su peso demasiado y suponiendo esto un handicap para ella, en diferentes aspectos del embarazo.
Nosotros nos centraremos en los problemas que acarrea durante el parto y después del mismo estar gordita durante el embarazo.
DURANTE EL PARTO
1. El parto puede ser más largo: la grasa acumulada en la zona del útero hace que las contracciones sean menos regulares y efectivas, por lo que la fase del expulsivo puede ser sensiblemente más larga.
2. Más cesáreas: las mujeres que ya estaban gordas cuando se quedaron embarazadas y las que cogen muchos kilos durante la gestación, tienen el doble de posibilidades de que su parto termine en cesárea que las mujeres con peso normal.
3. Problemas con la epidural: en mujeres obesas, aumenta el número de intentos y la tasa de fallos a la hora de administrar la anestesia peditural. Se suele recomendar una cita con el anestesiólog para preparar el plan de anestesia en el parto.
DESPUÉS DEL PARTO
El primer problema hace referencia a las estancias en el hospital. Estas son máss largas y pueden surgir complicaciones, como hemorragias posparto. Además, las mujeres obesas tienen mayor predisposición a retener parte del peso que han aumentado en la gestación y la lactancia que las embarazadas con peso normal.
En cuanto al bebé, la posibilidad de sufrir anomalías congénitas, como defectos en el tubo neural, conocido como espina bífida, y, en menor medida, malformaciones cardiovasculares o alteraciones en la pared abdominal, es mayor en los hijos de madres obesas.
Por eso, debéis tener mucho cuidado con la alimentación durante el embarazo e intentar mantener el peso adecuado, sobre todo, de cara a la salud de vuestro bebé y de la vuestra igualmente.