¿Cómo proteger a tu bebé del calor?

Ahora que llega el verano, llega el tiempo de salir a pasear, de un sábado o domingo a pasar el día a la playa o de estar hasta la hora de cenar jugando en el parque. Es una época muy buena y beneficiosa para los niños, el sol, la vida al aire libre y el buen tiempo favorecen su desarrollo físico, psicológico y emocional.

Aún así, hay que tener mucho cuidado con los días que más aprieta el calor y evitar que el pequeño pueda deshidratarse. Cuando son bebés, la autorregulación de la temperatura corporal no les «funciona» adecuadamente y por eso pueden pasar del calor al frío en un momento.

Aquí os ofrecemos una serie de pautas que os ayudarán a saber cómo tratar y que siente vuestro bebé esos días de tanto calor.

La primera pregunta que toda madre se hace es ¿cómo se si tiene calor el bebé? El profesor asociado de Neonatología y pediatría del Hospital Universitario Puerta de Hierro de Madrid, doctor José Martínez Orgado afirma que: «La sensación térmica que tiene el bebé se aprecia mejor en la parte alta de la espalda». Si tiene sudorosa la parte de la nuca y coloretes significa que está acalorado. Si tiene fría la punta de la nariz, es que tiene frío.

¿Cuánta ropa le pongo?; la respuesta es fácil y sencilla: la misma que tú como mucho. Si quieres, puedes ponerle una prenda más siempre de algodón o lino, tejidos que permiten la transpiración y evitan la salida de irritaciones. No le arropes en exceso ya que si son muy pequeños la inmadurez de su mecanismo termorregulador favorece a que sufran un golpe de calor.

¿Qué hago si está sudando? El bebé suda por la cabeza, la espalda y el tórax y, en la mayoría de los casos se debe a que está demasiado arropado. Para evitar que sude ponle siempre ropa que le quede holgada. Si sigue sudando, quítale alguna prenda y si se ha empapado de sudor sécale con una toalla y cámbiale de ropa, nunca le dejes la ropa húmeda porque entonces sí podría coger un resfriado. Nunca intentes que se refresque poniéndole en alguna corriente de aire frío porque si el sudor se enfría sobre la piel el bebé también podría resfriarse.

 

 

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