Esta malformación bastante frecuente en los bebés, impide la movilidad normal del labio superior y produce una separación entre los incisivos centrales, un espacio entre los incisivos centrales, tanto temporales como permanentes, es común y puede ser absolutamente normal en la época previa a la erupción de los incisivos laterales.
Como consecuencias más evidentes aparecen las dificultades en la articulación de fonemas /u/, /p/, /b/ y /m/.
Las bilabiales son sustituidas por la labiodental /f/.
El sorber líquidos a través de un tubito es imposible o difícil.
La simple presión hacia la línea media que ejercen los incisivos laterales y los caninos en el momento de la erupción, suele causar el cierre de la separación central sin necesidad de intervención ortodóncica ni quirúrgica.
Solo se considera patológico un frenillo cuando existe un retraso o imposibilidad de erupción de los dientes laterales o caninos que puede ser atribuido a dicho frenillo.