El fósforo es un mineral que se encuentra en un 85% en el esqueleto y dientes junto con el calcio. Es un mineral indispensable en el desarrollo de los huesos, las contracciones musculares, la coagulación y también es el encargado de mantener un ritmo cardíaco normal.
Durante el embarazo la dosis mínima recomendada de este mineral es de 700 mg. diarios. Si llevas una dieta saludable y equilibrada consigues aportar a tu organismo la cantidad de fósforo necesaria y no es necesario ningún suplemento.
También debes tener en cuenta que la ingesta del fósforo debe ser similar a la del calcio y asociada a Vitamina D. Los lácteos son un alimento ideal ya que contienen un equilibrio entre fósforo y calcio.
¿Qué alimentos contienen calcio?
Lácteos, como hemos mencionado anteriormente, pescados como el atún, el salmón, las sardinas o carnes como la de vaca o el hígado. También podéis encontrarlo en las lentejas, nueces, avellanas, castañas, almendras, espinaca, lechuga, cebolla, apio, tomate, pepino, puerro, etc.
¿Cuáles pueden ser los síntomas de su déficit?
Los déficits en fósforo (hipofosfatemia) son muy raras y solamente pueden verse en casos de desnutrición. Se manifiestan fundamentalmente por síntomas como debilidad muscular, alteraciones óseas, osteomalacia y raquitismo.