El recién nacido cuando llega a casa no es consciente de su autonomía. El bebé o bebés no saben que son personas distintas a las de su madre. Por eso los expertos recomiendan reforzar esta idea de la autonomía realizando actividades como las que pasamos a enumerar.
1. Se recomienda que los padres otorguen al recién nacido su propio espacio, esto es, cuando el niño pide una atención constante y, a poder ser, exclusiva por parte de los padres, estos deben ser conscientes de que el pequeño necesita también su espacio y que estas actividades deben ser muy breves para evitar perder su atención y cansarle.
2. Debemos enseñarle quién es, es decir, cogemos al pequeño y nos colocamos delante de un espejo y le decimos: ¿Quién es ese? y, a continuación, repetimos su nombre. Al principio es evidente que no lo entenderá, pero llegará un momento que hará gorgoritos, sonreirá y mostrará interés por lo que dices.
3. Es importate dejarle que realice aquello de lo que él ya es capaz. Por ejemplo, gatear hasta alcanzar la pelota que tanto le gusta, salvo que se frustre mucho y llore. Si lo consigue, él se sentirá reconfortado.
4. Es también aconsejabe, en relación al punto dos, acercarse al espejo y enseñarle, por ejemplo, las partes del cuerpo, señalando nuestras partes del cuerpo y repitiendo el nombre, por ejemplo, nos señalamos la nariz y decimos: Es la nariz de mamá, ¿dónde está la tuya? y así también con colores y otros objetvos.
Realizando estas actividades conseguiréis otorgar autonomía al pequeño, lo que será muy beneficioso para él a la hora de desarrollarse y tomar seguridad en sí mismo.