La salud de los niños nacidos a raíz de un tratamiento de reproducción asistida (ART, por sus siglas en inglés) ha mejorado constantemente durante las dos últimas décadas, con un menor número de bebés que nacen prematuramente, con bajo peso al nacer, muertos o que fallecen durante el primer año de vida, según un estudio que se publica este miércoles en la edición digital de ‘Human Reproduction’.
Los autores, Anna-Karina Aaris Henningsen, de la Clínica de Fertilidad en el ‘Rigshospitalet’ de la Universidad de Copenhague, en Dinamarca, y sus colegas nórdicos analizaron los resultados de 62.379 embarazos únicos (bebés que nacen solos) y 29.758 gemelos nacidos entre 1988 y 2007 en Dinamarca, Finlandia, Noruega y Suecia, y los compararon con los grupos de control de 362,215 únicos concebidos espontáneamente y 122.763 gemelos concebidos espontáneamente nacidos en los mismos países en el mismo periodo.
«Durante el periodo de 20 años de nuestro estudio, se observó una notable disminución en el riesgo de nacer de forma prematura o muy prematura –subraya la doctora Henningsen–. La proporción de bebés ART individuales que nacen con un peso bajo o muy bajo al nacer, menos de 2.500 g o 1.500 g respectivamente, también disminuyó. Las cifras de mortinatos y muerte durante el primer año se redujeron en hijos únicos y gemelos, y un menor número de gemelos ART estaban muertos o murieron durante el primer año en comparación con los gemelos concebidos espontáneamente».
Según esta experta, los datos del trabajo muestran que con una política nacional de transferencia de un solo embrión por ciclo durante la reproducción asistida, se reducen las tasas de embarazos múltiples pero también tiene un efecto importante en la salud del bebé único. «La transferencia de varios embriones en un ciclo, incluso si resulta en un solo bebé, todavía puede tener un impacto negativo en los resultados neonatales globales de hijos únicos», advierte.
Sin embargo, la transferencia de un solo embrión, no sólo evita los partos múltiples y todos los problemas de salud asociados para los bebés y las madres, sino que, como señala Henningsen, también se traduce en bebés únicos más saludables porque hay menos casos de ‘fuga de gemelos’ o procedimientos para reducir el número de fetos en desarrollo tras la implantación exitosa de varios en el vientre de la madre.
Henningsen añade otros factores que han contribuido a la mejora de la salud de los bebés de ART en los últimos 20 años. «Hemos mejorado tanto las habilidades técnicas en el laboratorio como las habilidades clínicas de los médicos y también la realización de una estimulación ovárica leve. Además, los medios de cultivo en el que los embriones se desarrollaron por primera vez en el laboratorio han mejorado en calidad, al igual que los medicamentos hormonales que se usan para ayudar a las mujeres producen un número suficiente de óvulos de alta calidad en el momento adecuado», destaca.
De 1989 a 2002, la proporción de mellizos ART en los cuatro países se mantuvo estable en torno al 23 por ciento, pero comenzó a decaer después y en 2007 fue sólo el 11,6 por ciento del total. Este descenso se vio reflejado en los resultados de salud de los bebés ART, con una reducción de los bebés prematuros (nacidos antes de las 37 semanas de gestación) hijos únicos y los gemelos del 27,9 por ciento en 1988-1992 al 12,8 por ciento entre 2003 y 2007 en Suecia, y de forma similar en Dinamarca, Finlandia y Noruega, hasta el 21,1, 17,8 y 21 por ciento, respectivamente, en el periodo 2003-2007.
En 1988-1992, la tasa de bebés únicos nacidos prematuros fue del 13 por ciento para ART y del 5,5 por ciento para los bebés concebidos espontáneamente. Para los muy prematuros (nacidos antes de las 32 semanas), las tasas fueron del 3 y menos del 1 por ciento, respectivamente. Sin embargo, para 2003-2007, estas cifras habían mejorado: un 8 por ciento en el caso de los hijos únicos ART prematuros frente al 5 por ciento en los bebés concebidos espontáneamente, y un 1,5 frente a menos del 1 por ciento para los muy prematuros únicos.
Para los gemelos ART prematuros y muy prematuros, las tasas mejoraron del 50 por ciento (ART) frente al 42 por ciento (gemelos concebidos espontáneamente) para los gemelos prematuros y del 8,5 al 7 por ciento para los gemelos muy prematuros en 1988-1992, al 47 por ciento frente al 44 por ciento para nacimientos prematuros y el 8,6 frente al 8 por ciento de los partos muy prematuros en 2003-2007.
Las tasas de embarazos únicos ART nacidos pequeños para la edad gestacional (PEG) se redujeron a más de la mitad entre 1988-1992 y 2003-2007, pasando de 7,6 a 3,2 por ciento, mientras que las tasas de nacimientos PEG entre gemelos ART cayeron del 17 al 14 por ciento.
Entre los bebés únicos ART, la tasa de nacidos muertos bajó de 0,6 a 0,3 por ciento en el mismo periodo y las muertes en el primer año se redujeron del 1 al 0,3 por ciento. Para los bebés únicos concebidos espontáneamente, la tasa de nacidos muertos se mantuvo igual durante todo el periodo en torno al 0,3 por ciento, mientras que las muertes se redujo de 0,5 a 0,2 por ciento.
Y entre los gemelos ART, los nacidos muertos cayeron del 1 al 0,5 por ciento y las muertes del 2,6 al 1,2 por ciento. Entre los gemelos concebidos espontáneamente, los nacidos muertos se mantuvieron en menos del 1 por ciento en todo el periodo, mientras que las muertes cayeron del 2,4 al 1,5 por ciento.
«Estos resultados demuestran de manera convincente que, si bien ha habido un aumento considerable en los ciclos de reproducción asistida en los últimos 20 años, esto ha ido acompañado de una mejora significativa en los resultados de salud para estos bebés, sobre todo para los bebés únicos. La razón más importante es el descenso dramático en partos múltiples debido a las políticas de la elección para transferir un solo embrión a la vez», concluye Henningsen.