Nadie dijo que salir de viaje con niños fuera tarea fácil, pero si nos organizamos y dejamos en casa todas las cosas innecesarias que habitualmente cogemos, podremos viajar sin que parezca que nos mudamos.
Aquí somos de la opinión de que, a un lugar muy recóndito te tienes que marchar, para que no haya un supermercado y una farmacia relativamente cerca. Por eso, procura llevar lo justo. Si te vas una semana, es bueno que te aprovisiones para los dos primeros días, el resto, una vez asentados, podréis comprarlo ¿Para qué llevarnos un paquete gigante de pañales? o ¿potitos para cada comida y merienda de nuestro bebé? hay que reducir en la medida de lo posible el equipaje, esto reducirá también tu pereza a la hora de prepararlo.
Coge unas maletas y mete la ropa que creas que vas a necesitar, sólo la que vas a necesitar, al final siempre metemos el doble de la que finalmente nos ponemos.
Si tu hijo quiere llevarse todo su juguetero a cuestas, habla con él, seguro que llegáis a un acuerdo y con un par de cosas se conforma. Seguramente, cuando lleguéis al destino de vacaciones ya se le habrá olvidado y con el cambio de aires va a estar distraído con otras muchas cosas nuevas. En este punto no olvidarse, sobre todo, aquello que vuestro hijo necesite para dormir, peluche, mantita, muñeco, chupete…esto sí que no lo podréis sustituir y si tu hijo no descansa bien, pueden ser unas vacaciones difíciles…
Ni qué decir tiene, por supuesto, el hecho de viajar con la bañera. Algo totalmente innecesario. Un bebé se baña en cualquier sitio y a partir del año cualquier ducha sirve para tu hijo. Ya bastante ocupa una cuna de viaje, algo que mucho de vosotros seguramente sí necesitaréis. Si a pesar de todo te ves incapaz de salir de casa sin la bañera, existen unas hinchables que por lo menos te ocuparán poco espacio en el equipaje.
Dicho esto, coge a tu hijos y viaja, que al final no hay nada como un viaje en familia, sea a donde sea.