Siempre hemos oído decir que los niños que nacen gemelos comparten un vínculo muy especial y que los diferencia del resto. No hablamos de la relación entre dos hermanos, sino de algo mucho más especial que, según un estudio realizado en Barcelona, ya se forja durante el embarazo.
Los investigadores siguieron alrdedor de 1500 embarazos conseguidos por fecundación in vitor y observaron que nacían vivos más bebés en las gestaciones gemelares que en las gestaciones de un solo feto; lo lógico es que sucediera lo contrario.
RESULTADOS DEL ESTUDIO:
Siguiendo: alrdedor de 1100 embarazos con feto único y más de 500 con mellizos. Resultado: en los embarazos gemelares, la supervivencia hasta el nacimiento fue del 83 por ciento, mientras que en los únicos fue del 76 por ciento.
Con este resultado, estos investigadores se atreven a afirmar que es posible que durante los embarazos gemelares lso embriones débiles que no pueden subsistir por sí mismos reciban ayuda de sus hermanos más fuertes, como ocurre a menudo entre los hermanos ya nacidos.
Con este estudio se está cada vez más convencido del grado de fraternidad que existe ya dentro del útero. Sería, igualmente, interesante, determinar cuáles son las sustancias protectoras que aportan los embriones para favorecer su desarrollo y de qué forma los niños en estas etapas tan tempranas de la vida se relacionan entre sí.
Quizás sea por estos resultados, que son los que confirman el vínculo único, especial e irrompible que dos hermanos gemelos pueden tener a lo largo de su vida. Un vínculo que nunca podrá romperse.