Aunque nos encontramos en un momento muy muy temprano de la gestación, tanto tu cuerpo como el nuevo ser que ya crece en tu interior están siendo protagonistas de grandes cambios.
Psicológicamente apenas creemos, en muchas ocasiones, que estemos en el comienzo de un embarazo y es normal que la futura mamá pueda sentirse perpleja e incluso algo perdida.
Comenzarás a notar síntomas propios de esta etapa como las naúseas, normalmente matutinas, que puedes calmar tomando unas galletitas saladas antes de levantarte de la cama. También es probable que te notes más cansada, así que adecua tu vida a este nuevo ritmo de vida que te marca tu cuerpo.
El médico te recomendará que tomes ácido fólico, para evitar que se produzcan defectos en el tubo neural del bebé. Es muy importante tomarlo.
En cuanto al nuevo ser que ya crece dentro de tí, su aspecto es poco menos que curioso. En cuanto al tamaño, es tan grande como una semilla de manzana y su aspecto físico no es ni parecido al de un ser humano, empiezan a formarse una cabecita y una cola. A multiplicado 40 veces su tamaño y tiene muchas ganas de crecer.
Es un momento importante de la gestación porque es ahora cuando comienza a desarrollarse el tubo neural, que más adelante se convertirá en la columna vertebral, junto con los nervios y la médula espinal.
Como ves aunque es el comienzo y es una etapa muy temprana son muchos los cambios que ya se están produciendo. Tómatelo con calma e intenta disfurtar en todo momento de este nuevo período en tu vida que acabas de comenzar y que sólo una mujer tenemos la suerte de experimentar.