Qué momento tan especial cuando, después de un embarazo y un momento difícil para toda mujer como es el parto, tenemos en nuestros brazos a nuestro bebé o bebés. Pero, sin darnos cuentas, esos pequeños seres recién nacidos crecen a pasos agigantados y, sin darnos cuenta, un día, de repente abren su boquita y de ahí sale una palabra, es ¡su primera palabra!
Este momento, sin lugar a dudas, es un momento muy especial y de mucha ilusión para todos los padres. Lo habitual es que sea en torno al primer cumpleaños o aniversario del pequeño cuando este momento mágico tenga lugar. Para que podamos considerarla como tal no hace falta que esté perfectamente pronunciada, pero sí tiene que tener un significado como que el niño que dice «mamá» con la intención de que su madre venga, el que pide agua…
Las primeras palabras, para muchos padres «tesoros o perlas» de nuestros hijos seguramente estarán relacionadas con objetos cotidianos como el agua, el pan, perro, mamá, pelota, papá.. etc. Lo habitual es que empiecen por ahí, al fin y al cabo su mundo todavía es pequeño, y, además, estas son las palabras que los adultos más usan cuando hablan con ellos.
Sin embargo, la capacidad que tienen los niños para asociar una palabra con su significado todavía es un misterio, como misterioso es el hecho de encontrar un objeto sobre una mesa, por ejemplo, decirle ahí esta esa cosa y que él mismo sepa de lo que estamos hablando.
Sin lugar a dudas el mundo y desarrollo cognitivo del pequeño es un misterio, pero cuando oímos su primera palabra, no nos importa nada más y lo único que queremos es que la repita y que siga aprendiendo a decir nuevas «perlas».
Por cierto, ¡Feliz día de Reyes!, ¿se han portado bien Sus Majestades de Oriente? Esperamos que sí.