El momento en el que el niño ya es capaz de controlar los esfínteres es muy importante tanto para él, como persona, que se vuelve más independiente, más sociable y adquiere una mejor postura al caminar, como también lo es para los padres por el ahorro energético y económico que eso supone.
Pero como en todo, no hay que tener prisa ni atosigarle para que lo haga pronto. Cada niño lleva su ritmo de desarrollo, pues se trata de un aprendizaje lento que suele prolongarse entre un mes y medio y tres meses.
Pero… ¿ha llegado ya el momento de enseñarle?
Entre los 22 y los 30 meses hay niños que ya son capaces de controlar sus esfínteres durante el día, sólo durante el día; aunque muchos siguen teniendo escapes hasta los 3 años.
Sabréis si vuestro hijo está listo para comenzar este aprendizaje si es capaz de aguantar seco varias horas, si se pone nervioso cuando tiene el pañal sucio y os lo comunica de algún modo, si nombra algunas partes de su cuerpo y si se muestra dispuesto a complacerte y a colaborar contigo.
Este último punto es fundamental porque lo más problemático del inicio en el control de los esfínteres es que coincide con la edad de la rebeldía, por tanto, si vuestro bebé quiere colaborar supondrá mucho menor esfuerzo para todos y un mayor avance.
Si el pequeño contesta con un NO ROTUNDO a todo lo que tú le propones, es muy probable que también se niegue a utilizar el orinal. En este caso es mejor que esperes un poco, antes de introducir el orinal en su vida diaria.
Hay que tener también mucho cuidado con el momento en el que intentas introducirle este nuevo aprendizaje y a la vez este gran cambio en su vida. Si el bebé espera la llegada de un hermano pequeño, por ejemplo, el niño estará más nervioso y no tendrá pleno control de sus músculos para poder controlar, del mismo modo que no estará cien por cien receptivo. Debe comenzar a dar este paso en un entorno tranquilo sin emociones fuertes.
Hay que tener presente que las niñas suelen aventajar a los niños en esta conquista, porque maduran antes psicológicamente. Y los pequeños que tienen hermanos mayores suelen ser más rápidos a la hora de realizar esta actividad por querer imitarlos.
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