Tras el parto y con el bebé, llega el puerperio también

Los primeros días tras el parto son duros y confusos debido a la falta de horarios. Son días en los que las dormimos pocas horas recibimos visitas… en fin es todo un poco caótico. Cuando llegamos a casa tras haber dado a luz, debido al esfuerzo físico del parto se nos hace cuesta arriba volver a nuestras rutinas habituales. Para no agotarnos físicamente es muy recomendable aceptar cierta flexibilidad de horarios durante el puerperio.

Ni te molestes en seguir el ritmo habitual de algunos actos tan sencillos como comer, ducharse o bañar a tus hijos, es una utopía. Lo realmente importante es tu salud y la de tu bebé no seguir los horarios rigurosamente.
Los primeros días son duros tanto física como psicológicamente por lo que te ayudará a afrontar la nueva situación de tener a tu bebé en casa, estar descansada. No es raro que la nueva situación y la impresión de asumir semejante responsabilidad (estamos hablando de la vida y el bienestar de tu bebé) te entren ganas de llorar repentinamente. Es algo que nos pasa a todas en mayor o menor medida y se te pasará en poquito tiempo.

Un consejo: cuando te encuentres baja de ánimo, y te agobien los horarios, el sueño, los lloros… Date un respiro para darte una ducha reparadora, te calmará el dolor y la sensación de sentirte fresca y limpia te hará afrontar las cosas de otra manera.

Después, poco a poco, y sin darte apenas cuenta irás volviendo a tu rutina habitual y tu bebé y tú os sincronizaréis. Otro consejo que te doy que a mi me fue muy bien es aprovechar las siestas del bebé para descansar. Sí, sí, para descansar. No para hacer otras cosas que cuando está el bebé despierto no se pueden hacer, de esas mejor olvídate. Y sonríe que tu bebé va a valorar que estés a su lado con una sonrisa aunque la casa esté hecha una leonera.

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