Lamentablemente, no hay ningún tratamiento que, considerado aisladamente, se haya demostrado que “cure” el cólico del lactante. Así que hagas lo que hagas no vas a poder evitar un mal rato a tú bebé, aunque sí hay algunas cosas que puedes hacer para que estos resulten más llevaderos para él y para toda la familia.
- Pasearse o mecerse en una mecedora con el bebé en brazos, probando diferentes posturas.
- Darle masajes en el vientre con la palma de la mano abierta y en círculos, siguiendo las agujas del reloj.
- Ayudarle a eructar más a menudo durante las tomas.
- Coloca a tu bebé en tu regazo, estirado boca a bajo, y acaríciale suavemente la espalda.
- Colocar al bebé en un columpio o sillita de vibratoria, es posible que el movimiento tenga un efecto tranquilizante sobre él.
- Ponle música; algunos bebés responden positivamente al sonido además de al movimiento.
- Algunos bebés necesitan que les reduzcan el nivel de estimulación ambiental, por lo que les va bien que los envuelvan en un arrullo y los dejen en una habitación en penumbra.
Ten en cuenta que intentar aliviarle el dolor puede ser sumamente frustrante, por eso debes ser paciente y guardar la calma en todo momento. Si tu bebé no para de llorar y te empiezas a agobiar, piensa que todas las madres pasan por esto y que aunque seguro que tú lo estás cuidando muy bien, es un mal rato inevitable que no le puedes evitar y en unos meses tu bebé dejará de padecerlos. Mientras tanto… paciencia.