Es de sobras conocido que con la llegada del frío y los madrugones de la vuelta al cole nuestros pequeños comienzan a experimentar una serie de enferemdades infantiles típicas del otoño pero que si son tratadas de manera adecuada no son para nada preocupantes.
En esta época de resfriados, mocos y toses para nuestros bebés y no tan bebés hemos considerado oportuno enumerar, a groso modo, y teniéndo en cuenta cuáles son las enfermedades más comunes en los pequeños.
Esas enfermedades son las infecciones del aparato respiratorio, ya sea de vías altas como la nariz, tráquea, laringe o vías bajas como pulmones o bronquios. Cada una de ellas tiene síntomas diferentes:
1. BRONQUITIS: Es la inflamación de las vías respiratorias bajas y provoca tos y, a veces, dificultad respiratoria.
2. GRIPE: Aparece en octubre-noviembre y puede alargarse hasta marzo. Da lugar a fiebre alta, tos, dolor de cabeza, dolores musculares, etc.
3. RESFRIADO COMÚN: Sólo afecta a las vías respiratorias altas. Provoca mucosidad nasal, tos, malestar y, en ocasiones, fiebre.
4. LARINGITIS: Produce una tos muy seca, sobre todo de noche y, a veces, dificultad respiratoria.
5. FARINGITIS: Provoca dolor de garganta y puede aparecer fiebre.
No existe manera ni forma de prevenir todas estas enfermedades. Si es cierto que a partir de los 2 años los niños aprenden a ladvarse las manos ellos solitos y así mantener un tanto más aislados los gérmenes.
En las guarderías y colegios es inevitable que cuando un niño coja un resfriado finalmente terminen contagiándose todos. También es importante que tengáis en cuenta que estas enfermedades comunes como resfriados, diarreas o enfermedades víricas leves raramente están relacionadas con un problema de defensas.