Una manera muy sana y educativa de favorecer el vínculo padres-hijos desde muy pequeños es la lectura. Así es, se considera un hábito muy saludable leer al niño un libro antes de cumplir un año ya que aprende la lengua materna y desarrolla la adquisión del vocabulario; una adquisición gradual. Además se familiariza con la competencia fonolófica.
Durante los primeros días de vida al niño le gusta escuchar canciones antes de dormir; a partir de los dos meses le atraen las fotos de cuerpo y rostro humanos y a los nueve meses les encanta coger los libros y mirar las ilustraciones. Les atraen los colores e intentan imitar a los adultos cogiendo las hojas e intentando pasarlas con una sóla mano.
¿Qué libros son aconsejables y recomendables, pues, para los niños? Podéis elegir entre libros-juguetes, libros de baño o libros pop up. Lo más adecuado son libros pequeños en dimensiones, para que el bebé pueda cogerlos con mayor facilidad, lavables, atóxicos y resistentes.
En cuanto al contenido de los libros, es muy importante que contengan imágenes sencillas y atractivas a la vista para que aprendan a reconocer y asociar el objeto real y una excelente gráfica además de una alta calidad de la lengua. Es muy aconsejable que contengan rimas, asonancias, repeticiones y todas las formas típicas de la lengua de la poesía.
Así pues, nuestros bebés podrán disfrutar de este entretenimiento divertido y educativo.