Riesgo de psicosis por la vivencia de un duelo en la infancia

Un artículo publicado en British Medical Journal relaciona vivir la pérdida de un ser querido durante la infancia con un mayor riesgo de sufrir psicosis durante la edad adulta, este riesgo aumenta si la muerte es por causa del suicidio de una persona muy querida o allegada.

En estudios anteriores ya se había observado que las posibilidades que tienen los adultos de padecer enfermedades pueden estar influenciadas, además de por la herencia del individuo, por su estilo de vida y su exposición a determinados factores del entorno. Por ejemplo, si en el embarazo, la mujer está sometida a mucho estrés puede afectar al normal desarrollo del bebé.

Los datos utilizados por los científicos de Estados Unidos, Reino Unido y Suecia fueron de 946.994 niños nacidos en Suecia entre los años 1973 y 1985. Se considero la edad de los niños cuando experimentaron el suceso dramático –incluso si este había sucedido antes de su nacimiento–, estableciéndose rangos de tres años durante la infancia, entre los 0 y los 13 años. Además, en el caso de que se produjera más de una muerte en el entorno de los niños, se dio prioridad a la primera, y también se clasificaron los fallecimientos de acuerdo al motivo: suicidio, accidente, lesión mortal, o enfermedades como cáncer o paro cardiaco.

“Cuanto más temprano en la niñez se produzca la muerte del familiar, mas probabilidad hay de desarrollar una enfermedad psicótica en la edad adulta”.

La vivencia del proceso de duelo por la muerte de alguno de los miembros de la familia nuclear (padres o hermanos) implicó un incremento en el riesgo de cualquier tipo de psicosis, tanto las no afectivas, como la esquizofrenia, como las afectivas, como el trastorno bipolar, y las posibilidades de sufrir enfermedad psicótica eran mayores cuanto más temprano en la infancia (de 0 a 3 años) se hubiera producido el fallecimiento del familiar. También se comprobó un mayor peligro si la causa de la muerte había sido un suicidio en comparación con los accidentes, y se minimizaba cuando el familiar había fallecido por causas naturales.

 

 

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