En la actualidad, el término in vitro (en cristal) se refiere a cualquier procedimiento biológico que se realiza fuera del organismo en el que tendría lugar normalmente. La Fecundación In Vitro (FIV) es la unión del óvulo de una mujer y el espermatozoide de un hombre en un plato de laboratorio. Coloquialmente, a los bebés concebidos a través de FIV se les denomina bebés probeta. Sin embargo, normalmente la fecundación in vitro se realiza en placas planas denominadas placas de Petri, las cuales a menudo están producidas en plástico, sin embargo, el nombre FIV sigue conservándose.
Inicialmente la FIV se desarrolló para superar situaciones de infertilidad debidos a problemas en las trompas de Falopio, pero posteriormente se observó que la técnica tenía éxito también en otros casos de infertilidad. La introducción de la inyección intracitoplasmática de espermatozoides (ICSI) soluciona en gran medida los problemas de infertilidad masculina.
La FIV puede utilizarse también en mujeres menopáusicas, utilizando ovocitos procedentes de una donante. Asimismo es una técnica que puede considerarse en pacientes que han sufrido una pérdida total o parcial de fecundidad debido a un tratamiento agresivo frente a una patología grave (como el cáncer).
El primer niño concebido mediante fecundación in vitro, nació en 1978. Su nombre es Louis Brown, y en la actualidad está casada y tiene hijos. Los doctores Steptoe y Edwards fueron los artífices de este gran acontecimiento, y supuso el desarrollo pleno de la Reproducción Asistida. Desde entonces, en todo el mundo han nacido cientos de miles de niños, y esta cifra aumenta año tras año.
En España fue Victoria Anna, el primer bebé en nacer por este método, el 12 de julio de 1984, en las antiguas instalaciones del Instituto Universitario Dexeus, gracias a la labor de un equipo pionero de más de una quincena de especialistas, liderado por el Dr. Pedro N. Barri, ginecólogo, y la Dra. Anna Veiga, bióloga.
España es actualmente el tercer país en Europa con más tratamientos de fertilidad, según las últimas cifras del registro de la Sociedad Española de Fertilidad (SEF), sólo por detrás de Francia y de Alemania.
Hoy en día la tasa de embarazos mediante este método se sitúan entre un 35 y un 40%, según la edad de la mujer, una tasa mayor a la de la media europea, que es del 30%. En menores de 35 años, la tasa de éxito puede rondar el 46% mientras que en mayores de 40, se reduce a un 10%.