Un niño que todavía es muy pequeño, no es consciente del significado de la Navidad ni todo lo que conlleva. Evidentemente no disfrutan de la misma manera que disfrutamos nosotros los adultos. A pesar de ello, los adultos estamos muy emocionados con que ellos vivan las fiestas navideñas con el resto de la familia, por eso tenemos que pensar hasta qué punto queremos involucrarlos o no en nuestras celebraciones.
Los padres pueden empezar a durar sobre qué hacer en Nochebuena, Navidad y Nochevieja con sus pequeños. También depende mucho de la edad que tenga. Si es un recién nacido, es bastante complicado que la madre se pueda encargar de todo lo que se relacione con la cena: cocinar, poner la mesa, recogerla… Así que es mejor que la cena se tenga que hacer en su propia casa para no tener encima que cargar y moverse con la cuna, los pañales, el chupete y el resto del inventario. El resto de familia debería echar una mano a los anfitriones con la cocina y con la mesa, ya que si no los padres no darán a basto solos.
Notaremos que los bebés están nerviosos con tanta gente alrededor y tanto alboroto. Para ellos es una nube de estimulación sonora que sólo les perturba. Hay que evitar que esté desubicado para comer y dormir, y que tenga a mano sus juguetes y su lugar para poder dormir.