¿Pero cuándo estamos ante una verdadera depresión postparto?
Pues cuando todos los indicios o síntomas que indicamos en el anterior post, se van intensificando y perdurando en el tiempo. Consideramos un tiempo peligroso cuando pasa más lejos de los 30 días después del parto. Si esto ocurriese, ya hablaríamos de depresión, y la mujer necesitaría un tratamiento especializado por parte de los profesionales de la salud, ya sean psicólogos o psiquiatras.
La depresión postparto no va sólo con los síntomas ya mencionados, sino que además puede sufrir una crisis de angustia o llanto espontáneo, sentirse inútil, infravalorarse o culparse. Perderán interés en toda actividad o elemento que tenga que ver con su bebé.
El tema de la inseguridad estará muy presente en estos casos, si es primeriza todavía más. Le puede dar miedo quedarse sola con el bebé, y considerarse mala madre. Todos esos miedos son bastante habituales durante este proceso de depresión, pero irán desapareciendo con el tiempo. Para este proceso de cura, la vuelta a casa desde el hospital es algo fundamental.
Toda esta sensación de responsabilidad e inestabilidad a la vez, oprime por completo los ánimos de la madre. Toda esa carga, esa responsabilidad, que sabe que tiene que tener porque el bebé no puede cuidarse solo, debe compartirla con el padre o pareja.
A su vez, dentro de la inseguridad, una de las cosas que más preocupará a la mujer será la lactancia. Ella se creerá que su leche no es suficiente, o que es mala, o que no sabrá darle el pecho. Pero el personal sanitario y no sanitario (familia o amigos) es fundamental en este aspecto, porque deben promover la lactancia y animar a la madre.
En estos casos, nunca hay que dudar el pedir apoyo al exterior cuando más la necesitamos. Es posible que la mujer necesite un tiempo para ella sola, para su cuidado y relajación, y necesitará el apoyo del resto de personas a su alrededor.
Ayúdala a ella, a nosotras, y le ayudarás a él, al bebé.