Qué hacer antes de ir al hospital. Pues hay algo bastante recomendable, y es que nos demos una buena ducha. Nos la podemos dar aunque ya sepamos que hayamos roto aguas (a no ser que el líquido que expulsemos sea amarillento, y tengamos que salir de urgencia). Con la ducha conseguiremos una buena relajación y contención del dolor. Prohibido darse un baño, ya que corremos riesgo de infección.
Otra cosa que vamos a prohibir es comer. Es mejor ir al hospital, y que allí nos den lo que crean oportuno si tenemos hambre o sed. Durante la dilatación atenderán esas necesidades. Esto es porque si por algún casual vamos a necesitar cesárea, igual es recomendable no comer ciertos alimentos.
El hospital. Si vamos a ir a uno público, deberemos ir al que sea nuestra referencia para que tengan acceso a todo nuestro historial clínico, porque si no es así puede crear complicaciones. Si vamos a una privada, pues más de lo mismo, iremos al que nos haya estado atendiendo en nuestros meses de embarazo. Pero esto no quiere decir que en caso de extrema urgencia no podamos ir a cualquier hospital público, donde seremos perfectamente atendidas.
Cuando sea el primer parto, el proceso puede durar muchísimo. Desde que notamos los primeros síntomas de que es el momento hasta que el bebé salga, pueden pasar un montón de horas, así que tenemos tiempo para elegir el hospital. Si eres primeriza, lo suyo es que vayas en cuanto rompas aguas o tengas contracciones intensas y muy seguidas.
Si por algún casual se tuviese fiebre, o mucho nerviosismo con tensión, vómitos o sangrado importante, hay que ir corriendo al hospital más cercano para que nos atiendan.
Para terminar, el tema de la sangre. Hay mujeres que les preocupa saber si va a salir mucha o poca. Pero ante esto no hay respuesta, ya que cada mujer es un mundo y no se sabe. Pero para tranquilizar, está claro que el cuerpo de la mujer está preparado para perder la sangre que haga falta para traer a su bebé, y no hay riesgo de ningún tipo.