Hay un dato curioso, y es que los recién nacidos bajan de peso pasados los tres o cuatro primeros días de vida, concretamente entre un 5 y un 10% menos. Esta pérdida es debida a que eliminan los líquidos que han tenido cuando estaban en el vientre de su madre, y la expulsión del meconio (viene a ser como la primera caca una vez fuera del útero). Como todos sabréis, esta bajada de peso es sólo al principio, ya que en cuanto han pasado 10 días empiezan a recuperar peso como unos campeones, y al día número 15 ya vuelven al principio.
Llegamos ya a la segunda quincena, donde vemos como la curva de peso de nuestro bebé siempre tiene que estar en positivo. Esto no quiere decir que estemos ansiosos pesándolo siempre y que siempre tenga que pesar algo más. De hecho la curva está sometida a ciertas fluctuaciones, debido a un montón de causas como puede ser que haya sudado, no haya comido bien, haya tenido algún virus o incluso diarrea. Así que no hay que alarmarse con este tema, lo importante es que le veamos bien, coma, duerma, haga caca una vez al día y se mee unas 6 veces al día.
Tenemos que ver como en los primeros 6 meses, el bebé ha tenido que ganar aproximadamente unos 600 gramos mensuales. Si esto no fuera así, acudimos al pediatra y él verá que medidas hay que tomar. Hay que estar tranquilos y dejarle a él que controle el peso en las distintas consultas, lo detectarán y tratarán sin ningún problema.
Ya para terminar, si estáis preocupados con este tema y no queréis ir siempre a la consulta, pues siempre se le puede pesar al bebé en una farmacia (a ser posible en la misma, para que sea la misma báscula). El ticket que os de con el peso (como con la fruta) lo guardáis y se lo lleváis al pediatra.