Dadas todas las malas condiciones de higiene y salud que hemos mencionado a la hora de dar un biberón en países con este tipo de problemas, pensamos en la idea de dar el pecho frente a la de conseguir mejorar la situación del os biberones. Es decir, la inversión iría a favor de que las madres den el pecho a los bebés, y retirar los biberones. Los tiros irían entonces, pues a fomentar la donación de leche, o crear unas redes de madres que puedan dar el pecho a más de un bebé aunque no sea el suyo, y a que las que dieron leche y lo abandonaron, que lo vuelvan a hacer.
Parece ser que la fórmula de donar leche desde lejos no es la forma correcta de actuar. La mayoría de gente lo hace con toda su buena intención, pero desde lejos no se ven tan bien las cosas como las que nos cuenta Unicef. Esta manera de promover la leche materna directa se ha comprobado que es la mejor.
Además, la ventaja es clara: está disponible y es barato. Ya no es solo la peligrosidad de la posible enfermedad o infección porque haya malos medios, sino que la leche natural está disponible y adaptada para satisfacer las necesidades del bebé. Además, sabemos que la leche materna es mucho más rica en valor alimenticio que la leche artificial.
Según la situación que tiene Filipinas, donde la gente está arruinada, los comercios están siendo saqueados y la gente está desesperada, por lo menos los niños se pueden agarrar al único alimento que siempre estará al alcance de su mano.