Vaginoplastia

Un parto vaginal es algo muy duro y que deja algunas secuelas. Los músculos de la zona pélvica se van a debilitar. Estos son los encargados de sujetar la vejiga, el útero y el recto. Hay una serie de ejercicios (Kegel) que pueden entrenarlos con bastantes buenos resultados, pero pueden no ser suficiente, y hay que recurrir a una vaginoplastia.

Vaginoplastia o «rejuvenecimiento vaginal«, es una operación de la ginecología que se realiza mediante un láser, cuyo objetivo es volver a tener esos músculos pélvicos de la mejor manera posible, como estaban antes del embarazo. Puede parecer una operación complicada, pero es bastante sencilla y corta (alrededor de una hora). Lo que se hace es acortar la parte posterior de la vagina y retirar el exceso de piel, ayudando así a la contracción y la recuperación.

Algunas mujeres pueden querer una reconstrucción total de la zona afectada, y si la mujer no quiere sentir absolutamente nada de la operación, se la somete a una anestesia general. Si es un simple estrechamiento vaginal, con la anestesia local es suficiente, ya que es menos invasiva y peligrosa.

Los riesgos, como en cualquier operación, pueden ser infecciones o algo de sangrado. Pero, también como en cualquier otra operación de este tipo, en la mayoría de los casos no ocurre absolutamente nada. Eso sí, el postoperatorio puede ser algo complicado, y el paciente no podrá volver a andar hasta pasados unos días. La actividad sexual se podrá retomar pasado un mes y medio aproximadamente.

Apenas deja cicatrices, incluso con un buen tratamiento pueden desaparecer por completo. El precio del a operación oscila entre los 3.000 y 4000 euros, evidentemente según el centro de tratamiento y el procedimiento usado (el completo o el estrechamiento).

 

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