Elegir el chupete

El chupete es el mejor amigo de los primeros meses de tu bebé, un fiel compañero. Y sabemos que a los amigos hay que elegirlos con cuidado, y hasta pueden ser varios amigos según pasa el tiempo (según les cambian los dientes o sus gustos).

Los estadounidenses lo llaman «pacifier», y es evidente el porqué, y es que el chupete tiene efectos tranquilizadores y calmantes para el niño y a su vez responde al reflejo natural y automático de los bebés.

Un chupete puede ser de diferentes materiales, desde látex hasta de silicona. Tiene que ser de una sola pieza y con tetina de gota, pudiendo ser anatómica o simétrica. Desde luego hay gran variedad en las tiendas.

Según la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria, el chupete debe cumplir ciertos requisitos (fijados por AENOR en el 2003), y estos son:

– Ninguna zona del chupete ni su cadena puede tener algún tipo de punta o sitio cortante, ni llevar pegatinas o etiquetas de algún tipo.

– La tetina tiene un tamaño máximo de 30 mm, y no puede llevar dentro absolutamente nada.

– El disco del chupete tiene que tener el tamaño suficiente para que el niño no pueda tragárselo, y además contar con dos agujeros para que el aire pueda pasar.

– La cadenita, para evitar estrangulamientos, también tiene un largo máximo de 220 mm.

En cuanto a la higiene del chupete, es evidente que conviene cambiarlo frecuentemente, según le van saliendo los dientes. Cambiándolo, además, evitamos posibles sustos de que se desprenda algún trozo de tetina y el bebé lo pueda tragar.

 

 


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