El deporte es fundamental para nuestros pequeños. No sólo para que gocen de una buena salud, que por supuesto hace que el desarrollo físico y mental vaya con normalidad, sino que ayuda a las relaciones sociales con otros niños. Si haces deporte y estás en forma, vas a estar sano. Y lo más importante: el deporte, como todo, es un hábito, y si logramos que desde pequeños lo consigan coger, les va a servir para el resto de su vida.
Para elegir un deporte, como bien sabréis, hay muchísimas opciones. Tendrá que coger el que más le apasione y motive, no le tenemos que obligar a hacer uno que no les guste. Y por supuesto, una vez elegido, nuestro apoyo y ánimo para que lo practique es clave para que todo vaya bien.
Ellos van a ver al deporte como un pasatiempo y diversión con sus amigos. Nosotros, sus padres, sabremos que mientras estén entrenando nuestros hijos estarán contentos, y previniendo enfermedades que pueden surgir cuando sean más mayores como la obesidad.
Físicamente el deporte contribuye a que los huesos y músculos se desarrollen, y además otorga una buena capacidad cardiovascular. En el plano emocional, el deporte les va a aumentar la autoestima (pieza clave para el desarrollo de la personalidad de una persona) y las relaciones con el resto de compañeros.