Existen tantas formas y tamaños de tripa como cuerpos diferentes, y es imposible predecir si tendrás una tripa pequeña y redonda, o una mesa camilla.
Durante las primeras semanas del embarazo, nada cambia en tu aspecto y casi nadie lo notará. Pero, de repente, tu abdomen parecerá estallar y, antes de que te des cuenta, tendrás una tripa en toda regla, como si gritaras al mundo «estoy embarazada». Puede resultar extraño caminar por ahí con este anuncio tan obvio de tu estado, sobre todo, porque la gente te mira de forma diferente.
Algunas mujeres descubren cómo crece la barriguita ya en las primeras 6 o 7 semanas de embarazo. Esto puede deberse a los cambios hormonales o a la retención de líquidos, que hace que te veas el cuerpo más hinchado y, si estás estreñida, la tripa estará dura. A las 12 semanas de embarazo aproximadamente, el útero se eleva por encima de la pelvis, lo que es el inicio de una verdadera tripa. En esta fase los músculos de la tripa pueden influir en su aspecto. Si tienes músculos abdominales muy fuertes, el útero dentro de ellos apenas será perceptible.
También puede cambiar de aspecto y sentirte de forma diferente día tras día. cuando el bebé es pequeño, tiene mucho espacio para moverse dentro. Algunos días puede apuntar hacia fuera y otros esconderse dentro, de forma que la tripa sale y se mete de acuerdo con la postura del bebé. Más adelante, a partir de la semana 28 de embarazo, la cabeza del bebé puede empezar a bajar por la pelvis, haciendo que la tripa parezca mayor o menor, más alta o más baja.