Para vestir de forma rápida a los niños es importante que tengan ropa cómoda y cierres sencillos. Además, la previsión y la organización son muy importantes.
La rapidez a la hora de vestirles comienza a conseguirse en el momento de comprarles la ropa. Es mejor adquirir ropita cómoda para poner. Que los cuellos, mangas y perneras sean amplios o elásticos para que todo quepa a la primera sin tirones ni llantos.
También hay que saber elegir los elementos de cierre. Tanto para padres como para niños que comienzan a vestirse solos son mejores los corchetes, que sólo hay que apretar, que los botones, que requieren mayor destreza.
Suelen ser complicadas muchas cremalleras y cierres pequeños. Es mejor buscar faldas y pantalones con cinturas elásticas, y vestidos y blusas sin aparatosas abotonaduras y lazos, por muy bonitas que sean. Los jerséis sencillos y amplios y en cualquier prenda, los cierres de velcro, es lo más recomendable. Así las prendas no tendrán que forzarse por las prisas, se cuidarán mejor y durarán más.
Dejar la ropa preparada, sin manchas ni rotos, y localizada con antelación. Si se ha de salir temprano, por ejemplo, al colegio, prepárala la noche anterior. Prevé el tiempo que va a hacer y elige la ropa en función de éste y de las actividades que vayan a tener ese día. O bien te las aprendes, o es conveniente que tengas siempre a mano sus horarios expuestos.
Si son bebés y la ropa la escoges tú, déjala preparada y por orden; primero la interior y calcetines, después la superior y por último pantalones y faldas. Lo siguiente son los zapatos, preparados siempre con los lazos desechos y bien abiertos, para que su colocación sea inmediata.
Lo último, abrigo o chaqueta, gorros, guantes y cualquier otro accesorio. Este tipo de prendas de exterior conviene que estén siempre a la entrada de la casa y que tengan un sitio fijo donde estar colgadas y localizadas para cualquier miembro de la familia.
Si los niños ya tienen más de tres añitos y quieres que escojan su ropa, o ellos empiezan a querer hacerlo, pregúntales antes de acostarse la noche anterior. Debes dejar claro que no «vale» cambiar la decisión a la mañana siguiente. Puedes dejarles decidir entre varias opciones, pero los cambios, sólo si es la climatología la que te ha jugado una mala pasada.