Cuando nuestros bebés están malitos queremos darles todos los cuidados del bebé que sabemos y nuestro mayor objetivo es que estén sanos y fuertes cuanto antes. Por eso, muchas veces pensamos como si nuestros pequeños no fuesen tan pequeños y, cuando tienen un catarro, en ocasiones, contamos con adeministrarle una aspirina. Pues es un error, ahora veréis las razones:
La aspirina, compuesta por ácido acetilsalicílico, y el antibiótico cloranfenicol se han administrado a bebés y niños durante años par aliviar síntomas o combatir muchas enfermedades, pero en la actualidad están prohibidos porque se realcionan con complicaciones graves
¿QUÉ PUEDE PASAR?
La aspirina infantil se ha asociado con la aparición del síndrome de Reye, sobre todo en niños que tenían gripe o varicela cuando la tomaron. Este síndrome es muy poco frecuente, pero muy grave: provoca lesiones irreversibles en el cerebro y el hígado.
El cloranfenicol, que se utilizaba en infecciones bacterianas graves, está contraindicado en niños y bebés por su relación con el sínbdrome gris del recién nacido, una intoxicación que puede ser mortal.
Como veis, y según estudios recientes, no es aconsejable administrar aspirinas a nuestros pequeños y por supuesto, NUNCA AUTOMEDICARLES. Por eso, cuando apreciemos que nuestro hijo, sea bebé o incluso mayor, está con un catarro, congestión nasal, gripe, mocos, etc, lo primero que debemos hacer es llevarlo al pediatra o al médico y que se este el que nos recete lo que es más aconsejable administrar al pequeño.