Claves para dormir bien

En el segundo semestre de vida, el niño aprende a dormirse como lo va hacer el resto de su infancia. Por eso, es muy importante seguir unos hábitos y pautas que los padres pueden establecer para ayudarles y garantizar así también el descanso del bebé. Por ejemplo, los rituales nocturnos son muy importantes, esto es, se debe comenzar un ritual de buenas noches tranquilo y agradable que el niño pueda reconocer fácilmente: cena, baño, su oisto, una nana, un cuento para bebés... y tras despedirse de él, dejarle en su cunita para que se duerma solo.

Es también aconsejable dejar las puertas abiertas, más concretamente, la puerta de la habitación donde duerme el bebé o bebés. Los espacios cerrados aumentan la angustia de separación y pueden convertir el sueño en un aislamiento y un castigo, en lugar de un tiempo de descanso agradable.

Objeto de transición: el aumento de la sociabilidad y la comprensión de que los otros existen, aunque él no los vea en ese momento, hace que el bebé requiera la presencia de alguien o algo que le transmita seguridad en la noche, como un juguete suave, un peluche o un objeto que pueda manejar y que permanezca con él durante el sueño.

Es importane también que los bebés se adapten al ambiente donde viven. Hay que procurar que no haya excesivo ruido mientas duerman, pero sin impedir el desarrollo normal del hogar. Y en cuanto a la luz, lo ideal es que el niño duerma sin luz, para que asocie el sueño nocturno con la oscuridad, y procurar que al amanecer entre claridad en su cuarto de forma gradual. Si duerme con luz, esta deberá permanecer toda la noche encendida.

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