Llega un momento, normalmente sin darnos cuenta, en el que nuestros hijos ya no nos necesitan a su lado a todas horas y empezamos a preguntarnos si tienen autonomía suficiente para quedarse solos en casa. Por eso debemos respondernos dos preguntas: CUÁNDO Y CÓMO.
CÚANDO
Es decir, a qué edad es la más conveniente. Se puede comenzar a los seis o siete años, nunca antes, auqnue el carácter y la madurez de cada niño hará que con algunos haya que esperar un poco más. Hay que repsetar el ritmo de cada cual. No se puede forzar a los niños a ser autónomos antes de tiempo porque lograríamos el efecto contrario. Mejor no dejarles solos si se oponen con fuerza.
CÓMO
Hay que empezar a poco a poco. Las primeras veces que salgamos que sean sólo unos minutos, de día y a un lugar cercano, explicándoles dónde vamos y cuánto tardaremos. Cuando empecemos a salir por más tiempo será bueno telefonear entremedias, sobre todo si la salida es nocturna. Y tenemos que añadir que no es prudente que un niño se quede solo de noche hasta los once o doce años. También debemos dejarle un teléfono en que pueda localizarnos.
Igualmente debemos inculcarles algunas recomendaciones como la de que no abra la puerta a nadie, escribir una lista clara y visible con los teléfonos necesarios, adevertirles de los riesgos y la responsabilidad que eso supone y sobre todo dejarles alguna tarea o entretenimiento preparada o distracción.
Es muy rápido el paso de bebés a niños que ya pueden tener cierta independencia y en multitud de ocasiones puede pillar a los padres despistados. Por eso estos consejos de escuela de padres.