Con el frío, la llegada inminente del invierno y los madrugones de coles y guarderías es inevitable que nuestro bebé o bebés se resfríen y que, como consecuencia, presenten síntomas propios del catarro como es la fiebre.
Aunque la fiebre también es un aliado de las defenesas en los más pequeños, debemos tenerle cierto respeto y extremar los cuidados del bebé.
Si observamos que el niño está demasiado somnoliento y no quiere salir de la cuna ni tampoco que le cojas en brazos o cuando observes que le aletea la nariz, le cuesta respirar y rechaza líquidos y alimentos indica que está febril y hay que poner remedio para eliminarla.
Por eso lo primero que haremos será quitarle ropita poco a poco, le daremos la comida templada y le ofreceremos e intentaremos que beba agua continuamente.
Si la fiebre pasa de 38ºC, a todas las medidas anteriormente señaladas podemos añadirle también un baño de agua templada (lo ideal es que le agua esté dos grados por debajo de la temperatura del bebé. Si el baño te parece agresivo puedes mojarle la nuca, muñecas, pecho e ingles.
A partir de los 6 meses también puedes darle un ibuprofeno. Con esto, respecta siempre la dosis que te indica el médico y los horarios. NUNCA AUTOMEDIQUES AL PEQUEÑO.
Recuerda que de 0 a 14 años no está permitido utilizar el ácido acetilsalicílico para la fiebre.
Seguro que siguiendo todas estas instrucciones que os facilitamos conseguiréis que la fiebre baje, si no es así, es conveniente que os pongais cuanto antes en contacto con un médico o pediatra.