Con la llegada de los primeros fríos también llegan las primeras preocupaciones de los padres por los catarros de sus hijos y por su salud en invierno. Suele ser muy común que por esta fecha el pequeño comience a estornudar… pero, ¿ese estornudo es síntoma de catarro, una enfermedad infantil común, o mecanismo de defensa del cuerpo?
El estornudo es la expulsión repentina del aire de los pulmones a través de la nariz y la boca. Se trata de una reacción involuntaria causada por la irritación de las membranas de la nariz o la garganta.
Con esta explicación entendemos, de antemano, que pueden ser muchos los factores por los que un bebé o bebés, o ya no tan bebés e incluso adultos pueden estornudar.
Si el bebé o bebés es un recién nacido suele estornudar para eliminar restos de líquido amniótico o de mucosidad en las vías aéreas o por un simple cambio de temperatura ambiente. Es un mecanimsmo propio del diminuto cuerpecito del pequeño que nada tiene que ver con un catarro o resfriado.
Si el bebé es algo mayor, las acuas más frecuentes del estornudo si pueden ser las infecciones de las vías respiratorias como el catarro o la gripe. Si es cierto que si el niño es menor de seis meses, hay que llevarlo al pediatra cuando además de estornudar mucho también muestre síntomas aparentes de secreción nasal o unas décimas de temperatura.
Así que ya sabéis, sobre todo cuando son recién nacidos, que alarma tanto un estorundo, si no va acompañado de los síntomas que hemos apuntado anteriormente, tan sólo se trata de un mecanismo de defensa del cuerpo.
Si el pequeño es mayor, podría ser síntoma de catarro. No olvidemos que tanto en los colegios como en las guarderías será muy probable la existencia de muchos virus y que todos los peques los «compartan» pasándolo en numerosas ocasiones hasta a los adultos, así que papis ¡alerta con vuestros estornudos también!