Cuando tenemos un niño pequeño queremos siempre protegerlo y todos los cuidados nos parecen poco. Por eso para muchos padres sacarlo a la calle es sinónimo de miedo y peligro. Sienten que si están mucho tiempo en la calle sus pequeños pueden correr el riesgo de hacerse daño o incluso de sufrir infecciones y contagiarse de enfermedades infantiles.
Desde bebesblog apuntamos que esa concepción es errónea. Caminar por la calle es sinónimo de pertenencia al resto de la humanidad. En la calle es donde el pequeño se da cuenta de que no está sólo en el mundo junto a sus padres, amigos y familiares. Comienza a ser consciente de la existencia de muchas otras personas, todas diferentes entre ellas. También se da cuenta de las múltiples estructuras y edificios que dan una cierta fisionomía al propio lugar donde el vive. El pequeño acaba siendo conciente de que él también forma parte de ese mundo exterior y complejo que comienza a ver y experiementar ante sus ojos.
Dependiendo de los horarios y situaciones personales tanto de los padres como de los hijos estos saldrán en uno u otro momento a la calle pero siempre debemos recordar que es muy bueno ir con nuestros pequeños de paseo, de compras o cuando tenemos que realizar diferentes gestiones del día a día como ir a un banco, tienda de alimentación o reuniones sociales.
Para que los padres estén más tranquilos siempre que salgan con ellos pueden llevar consigo tiritas, pañuelos de papel y desinfectante. Con este «mini botiquín» seguro que se sienten más seguros. Es también recomendable llevar siempre una botella pequeña de agua como buena solución ante las repentinas ganas de beber agua o como desinfectante ante una herida ligera para no tener que buscar una fuente pública que normalmente no dan ningún tipo de garantía higiénica.
Pasear y conocer el mundo que les rodea es muy bueno, sobre todo a la hora de comenzar a afrontar por ellos mismos el mundo exterior que les rodea y en el que tarde o temprano tendrán que convivir.