A lo largo del desarrollo y crecimiento de los bebés, estos pasan por diversas etapas y procesos que nosotros como padres debemos afrontar lo mejor posible y conseguir que este cambio no suponga para ellos un trauma, sino todo lo contrario, una forma de avanzar en el camino que es su vida.
Uno de los cambios que tienen que experimentar y que pueden ser algo complicados es cuando el bebé ya es lo suficientemente grande para estar en la cuna pero todavía pequeño para estar en la cama. Para que tanto vosotros como el pequeño podáis dormir tranquilos y evitar cuaquier tipo de susto o peligro aquí os damos algunos consejos o puntos que debéis seguir:
Lo primero y primordial son las barandillas de las camas. Es la medida de seguridad más importante en este proceso. Una vez contamos con ellas debemos asegurarnos y saber que también es muy importante en material con el que estas estén hechas, es decir, materiales no tóxicos porque seguro que el bebé las chuparán; no deben contener, por ejemplo, formaldehídos.
Son también mucho más recomendados los muebles macizos a los de conglomerado en cuanto a solidez, estabilidad y resistencia. Aseguráos de que ni las camas ni las cunas tengan aristas expuestas y las parte salientes no deben tener puntas, zonas sin terminación o ángulos.
Si el bebé pasa a las literas debéis tener en cuenta que para este tipo de cama la parte superior debe tener cuatro tipos de barandillas realizadas para poder ser quitadas sólo con el uso de un utensilio.
Todas las precauciones para nuestros pequeños son pocas. Seguro que siguiendo estas que hemos compartido con vosotros evitaréis sustos y accidentes…. y ¡dulces y felices sueños para todos!