Que alegría cuando sabes que estás embarazada. Los futuros papis están felices por la noticia y ya comienzan a pensar en el futuro de su…. ¿niño o niña? Esa es la primera duda que asalta a los futuros padres.
Para poder comenzar a crear, aunque sea mentalmente, un futuro con el ser humano que dentro de 9 meses llegará al mundo, como la decoración de la habitación, etc, muchos papis quieren saber el sexo de su bebé. Para eso tenéis dos opciones: la que muchas mujeres han realizado y que consiste en realizar a la madre una ecografía en el segundo trimestre de embarazo y la nueva prueba para conocer el sexo del bebé, un análisis de sangre a la futura madre.
Sí, como lo estáis oyendo. Se trata de realizar un sencillo análisis de sangre a la futura madre en las primeras semanas de gestación y con una fiabiliad de entre un 95% y un 99%.
Un equipo de investigadores de los Institutos Nacionales de Salud (NIH) de Estados Unidos elaboró algunos estudios que demostraron que la sangre de la futura madre tiene suficiente información para determinar el sexo del feto a partir de la séptima semana de embarazo.
Desde luego es método rápido, fiable y nada agresivo para el feto, ya que con la amniocentésis también puedes determinar el sexo del bebé pero es una prueba invasiva que conlleva un riesgo de aborto de un 1%.
El análisis de sangre consiste en analizar fragmentos del ADN no celular del plasma procedentes del feto. A partir de la semana séptima de embarazo hay plasma del feto suficiente en la sangre de la embarazada como para saber si es niño o niña.
Conocer tan pronto el sexo del bebé permite estudiar si hay o no trastornos genéticos asociados al sexo, como la hemofilia.
¿Qué os ha parecido? La ciencia avanza muy deprisa… y nuestra calidad de vida mejora a la misma velocidad.