Un equipo de investigadores de las Universidades de Oxford, Essex, York y del University College London ha realizado un estudio para el que contó con la participación de 10.037 madres e hijos, (521 de ellos prematuros). Sólo el 29% de los que nacieron a término y el 21% de los prematuros fueron amamantados durante cuatro o más meses.
Cuando los niños cumplieron cinco años les sometieron a un cuestionario para evaluar cómo se portaban: los niños que se habían alimentado con leche artificial tenían más problemas de comportamiento como ansiedad o hiperactividad, mentían más y tenían peor relación con los padres que los que disfrutaron de, al menos, cuatro meses de lactancia materna.
Pero… ¿por qué sucede esto?
Aunque no están muy claras del todo las causas del porqué si es cierto que los investigadores consideran que podría deberse a que la leche materna contiene muchas cantidades de ácidos grasos poliinsaturados esenciales, factores de crecimiento y hormonas que juegan un imporante papel en el desarrollo del cerebro y del sistema nervioso central.
Hasta hace una década las leches infantiles adaptadas no contenína estos ingredientes. Añadirles suplementos como ácidos grasos es relativamente reciente y aún no se sabe a ciencia cierta su eficacia.
Otra posible explicación que señalan los investigadores es que «el acto de amamantar crea una relación especial entre la madre y su bebé, mayor interacción entre ambos que puede influir en la posterior actitud del niño»
El estudio lo podéis encontrar publicado en «Archives of Disease in Childhood».