El estrés provocado por la infertilidad también puede afectar a la frecuencia y la calidad de las relaciones sexuales de la pareja. En sí el estrés no causa infertilidad, a menos que sea tan serio que interfiera con la ovulación (algo bastante poco común) o afecte totalmente las funciones sexuales, particularmente en el hombre.
En una pareja que esté tratando de vencer su infertilidad, es extremadamente importante que el hombre y la mujer se comuniquen a nivel de sentimientos con respecto a su situación y que tomen decisiones terapéuticas conjuntas de apoyo mutuo.
Hay parejas en las que el deseo de un hijo no es igualmente intenso en un miembro de la pareja como en el otro . A veces son los miembros cercanos de la familia los que ejercen una presión demasiado fuerte preguntando constantemente cuándo van a tener un hijo o si es que no lo quieren tener.
Es muy importante que la pareja aprenda a reconocer cuándo se siente estresada y qué es lo que se lo provoca, con el fin de remediar esta situación.
Precisamente el sentimiento de injusticia e incomprensión reflejo de verse en una situación que afecta a una minoría (aparentemente) puede ser fuente de este estrés por eso acudir a centros especializados o ponerse en contacto con otras parejas que están en la situación puede ayudar notablemente.