La opinión mayoritaria ve la tecnología como un cambio para mejorar nuestra vida diaria. Los ordenadores, los móviles y las tablets se utilizan para múltiples actividades, tanto para el trabajo como para nuestra diversión, es por eso que el modo en el que utilizamos nuestro tiempo libre ha cambiado.
Para muchos de nosotros, cuando éramos pequeños, la tecnología consistía en una televisión con dos canales, un teléfono fijo y, con un poco de suerte, un aparato de vídeo compartido en casa. Salíamos a la calle para intentar encontrar la justa diversión que necesitábamos, compartir con los vecinos y amigos juegos inventados, tropezones y caídas era lo más habitual. Ahora, quedarse en casa abusando de sofá y olvidarse, casi, de las relaciones humanas es una de las desventajas de las nuevas tecnologías, especialmente los móviles, las consolas y las tablets.
Las tecnologías pueden reportar muchos beneficios a los niños si se hace un uso responsable de ellas. Así, los psicólogos afirman que a partir de los 3 años la televisión es una buena herramienta para ayudar al niño a reforzar su yo (puede subir y bajar el volumen con el mando, pedir a sus padres que le pongan otra cosa si lo que está viendo no le gusta…) y también para fijar o ampliar los conocimientos que ya tiene aprendidos (colores, números, partes del cuerpo).
Sin embargo, aunque todo avance tecnológico debe ser siempre positivo, desde el Centro Médico Infantil Cohen de Nueva York nos advierten de que el uso de las nuevas tecnologías en menores de 3 años retrasa su lenguaje. Lo que no han concluido con exactitud es si esto pasa por el propio uso o porque sus padres los dejan con el aparato y no les hablan.
Este centro médico realizó un estudio con aquellos niños que se encontraban hospitalizados y cuyos padres, en la mayoría de los casos, les ofrecían tablets o móviles para que se distrajeran. La mayoría les habían instalado aplicaciones educativas pensando que de este modo sería más beneficioso. El resultado fue contundente: todos mostraban un importante estancamiento en el desarrollo del habla con respecto a aquellos que no utilizaban estos dispositivos, con lo que se vuelve a confirmar que hay que ser cautelosos a la hora de ofrecer este tipo de diversión a nuestros bebés, incluso aunque creamos que se trata de juegos educativos.