El veranito ya está a la vuelta de la esquina y las ganas de ir a la playa son cada vez más grandes. No cabe duda que los peques son los que más disfrutan jugando en la arena haciendo castillos y bañándose en el mar. Por eso, debemos ser muy conscientes de que es muy peligroso no protegerlos bien del sol.
Los rayos Ultra Violentas son muy perjudiciales para la piel de las personas, especialmente para la de los bebés, que es muy delicada por la falta de melanina. Por eso, su piel nesecita cuidados adicionales.
Si bien es cierto que el sol aporta vitamina D a la piel, hay que tenerle mucho respeto igualmente. Los padres deben evitar el contacto directo de su bebé con el sol, por eso, en la playa el bebé siempre debe estar bajo una sombrilla. Además, debe estar protegido también por un sombrero y una camiseta de algodón. No olvidar nunca darles mucha agua, deben estar muy bien hidratados, para evitar posibles deshidrataciones.
Todo lo anterior no es excluyente de que el niño debe llevar una muy buena protección en todo su cuerpo, tanto los días que hace sol como los días que están más nublados. Hay partes el cuerpo que son más sensibles al sol como la nuca, los pómulos, la espalda, las orejas o los muslos, por lo que hay que prestarles una especial atención.
Con todo lo anterior, tu bebé estará protegido del sol evitando posibles irritaciones o alergias y podrá, al mismo tiempo, recibir la alegría que también transmite este poderoso astro.