Es de sobras conocido que, salvo excepciones, el primer trimestre del embarazo se caracteriza, entre otras cosas, por la presencia de mareos. Estos mareos, aunque pueden aparecer en cualquier momento del día, es más habitual, que las futuras madres lo sufran por las mañanas. Por eso son conocidos como «la enfermedad de la mañana»
Los mareos son un mecanismo de defensa del cuerpo. Cuando el riego sanguíneo no llega bien al cerebro, este manda la orden de ponernos en posición horizontal, para restablecerlo cuanto antes.
Ante esta situación debes ir a un lugar más fresco, quitarte algo de ropa, abanicarte e incluso sumergir los brazos en agua fría. A continuación, puedes tomar frutos secos o una bebida azucarada para intentar restablecer el nivel de azúcar en la sangre.
Pero… porque se producen estos mareos. Son diversas las causas:
Aumento del ritmo respiratorio de la madre para aportar oxígeno al feto. El exceso de oxígeno en el cerebro, al igual que el defecto, puede llegar a ocasionar esta sensación de mareos.
Anemia muy acusada. Como el bebé necesita hierro para formarse y lo toma de la madre, esta puede experienciar carencia de este mineral. Algunos síntomas de falta de hierro son el cansancio, la apatía, y, en casos más acentuados los mareos.
Mayor compresión de las artrias y de la vena cava debido al acusado aumento del peso de la madre.
Asimilación más rápida, por parte de la madre, de los carbohidratos, para alimentar bien al bebé, o ayudo durante varias horas, lo que puede provocar en la madre bajadas de azúcar en la sangre.
Aumento en sangre de la gonadotropina coriónica, la hormona que prepara el cuerpo de la mujer para mantener el embarazo.