Siempre hemos oído que el pecho de la madre crea un vínculo entre la madre y el bebé. Los bebés se alimetan a través de él y no cabe duda que la leche materna es la mejor con diferencia a la hora de proteger, cuidar y alimentar a nuestros pequeños.
Pero el pecho de la madre significa algo más para el pequeño, como son amor y consuelo para el más pequeño de la casa ¿por qué?: no hay nada más tranquilizador para el bebé que escuchar el latido del corazón de la madre, pues lo conoce desde que estaba en el útero.
Al nacer, la matrona coloca al niño en el pecho de mamá, donde encuetnra cariño, calor y alimento. Tan importante es para el pequeño el contacto con la piel e la madre que en algunas maternidades la mamá del niño prematuro sustituye a la incubadora, algo que se conoce como el método canguro y da muy buenos resultados y del que hablamos en posts anteriores.
En bebés no prematuros, los brazos de mamá son lo mejor para combatir cólicos y llantos. Por eso muchas madres llevan a sus bebés todo el día en contacto con ellas, sujetos con una bandolera o en una mochila.
Ya veis que el vínculo que la madre y el pequeño crean, desarrollan y alimentan durante los nueve meses de embarazo, sigue reforzándose después del parto y el contacto físico de la piel de ambos es muy importante, sobre todo, durante los primeros días de vida del pequeños.