En el post de ayer estuvimos comentando cinco de los diez errores más frecuentes de madres primerizas. Aquí van los otros cinco:
6. Cambiarle de pecho antes de que termine. La leche del final es la que más alimenta porque tiene más grasas que la primera. Cuando el bebé haya terminado (las madres lo sabrán porque el pecho queda blando) se le pasa al otro pecho. Cuando el bebé es muy pequeño es muy posible que se sacie enseguida por lo que entonces hay que empezar la toma por el segundo pecho, o el pecho que tomó en segundo lugar. Una lactancia adecuada es cuando mama y vacía ambos pechos.
7. Raparle la cabeza para que le crezca el pelo más fuerte. Según algunos dermatólogos, esto no se debe hacer primero, porque es mentira, y segundo porque si el bebé es muy pequeño es posible que al desaparecer el pelo, pierda calor corporal por la cabecita.
8. No dejar que nadie le toque o le coja. El miedo a que alguien enfermo contagie al niño si lo coge o lo besa es algo que tiene muy preocupadas tanto a madres primerizas como a las que no lo son. Las madres tenemos que asegurarnos de que nuestro hijo no entre en contacto directo con estas personas; y estas personas que están enfermas deberían entenderlo y ser ellos mismos quienes no se acercasen a los niños.
9. Hacerse la fuerte. Afrontar un parto y el posterior cuidado de un ser tan pequeñín y delicado es todo un esfuerzo físico, mental y emocional. Por eso, es normal que la madre sienta en algún momento que no puede con todo. En ese momento, es muy bueno compartirlo y hablarlo. No pasa nada. Es normal.
10. Hacer caso a la abuela y hacer caso omiso al pediatra. Los tiempos cambian y todo evoluciona y lo que hace 30 años era adecuado para el bebé ya no lo es ahora. Aunque en numerosas ocasiones recurrimos a las madres para solucionar problemas, el pediatra es la persona que más conocimientos tiene sobre lo que es adecuado o no para nuestro hijo. No deberíamos dudar de sus recomendaciones ni sustituirlas por otras.
Espero que os haya ayudado. Es normal cometerlos, son errores muy comunes y creo que va en el ADN de todas las mamis caer, sino en todos, en la mayoría de ellos.