Todavía no se nota que estás embarazada pero es posible que empieces a necesitar una talla más de sujetador. Tus pechos están muy sensibles y su aureola se ha oscurecido. Tu útero ha crecido de tamaño, lo que aumenta tus ganas de orinar. El flujo vaginal es ahora más intenso y blanquecino y puedes tener dolores de cabeza ocasionales. Si tienes náusas, este mes serán más frecuentes.
Semana 5: Contacta con tu sangre
Tu menstruación se retrasa. ¿Qué sucede? Las vellosidades placentarias siguen penetrando en la pared del útero y en el tercer día de esta semana contactan con tus capilares sanguíneos. Por primera vez le llega tu sangre. La implantación es la condición a partir de la cual se puede hablar de embarazo, según la OMS. Así que ¡felicidades, mamá! En el embrión, que en estos días multiplica por 10 su talla, ya hay tres grupos de células diferenciadas: unas se agrupan para empezar a formar el esqueleto y los músculos; otras construyen los tejidos de los órganos internos; y otras crean los nervios, la piel y el cerebro.
Semanas del bebé: 3. Talla: 1,2 mm. Peso: 0,05 g.
Semana 6: Un corazón que late
Si te sientes somnolienta y con tensión en los pechos es por las hormonas que emite el nuevo ser, entre ellas la gonadotropina (la que detectan los test de embarazo), que llegan a tu hipófisis, en tu cerebro, para que no lo rechaces como a un invasor. Además, las areolas se oscurecen y pueden verse unas venas azuladas debajo de la piel del pecho. Ahora el embrión es como un grano de arroz, y su forma cilíndrica cambia: un extremo se engrosa, es la cabeza, y otro se alarga en una cola de tres vértebras (la perderá en una semana) que remata su espina dorsal, formada por finísimas láminas de pre-cartílago. La membrana amniótica se completa alrededor del embrión y la burbuja se llena de líquido. En el vientre de este minúsculo renacuajo sobresale un gran bulto más coloreado que de repente empieza a agitarse: es el corazón, que late.
Semanas del bebé: 4. Talla: 3 mm. Peso: 0,1 g.
Semana 7: Una transformación asombrosa
Es tu tercera semana sin la regla. La prueba confirma la buena nueva. En tu interior, el embrión es como un guisante, prendido a un cordón más grueso que él, y su cuerpo cambia cada día. En la cabeza aparecen dos manchas oscuras, preludio de los ojos, y cinco hendiduras como pellizquitos en plastilina, que serán los oídos, las fosas nasales y la boca. Los nervios, visibles porque la piel es transparente, se van extendiendo desde la médula espinal. Surgen los brotes de los brazos y, cuatro días después, los de las piernas. Y en el interior las células empiezan a construir los órganos internos. El corazón está dividido en 2 cámaras: derecha e izquierda, y late a 150 pulsaciones por minuto, alrededor del doble que un adulto. Los riñones, hígado, intestinos, pulmones y órganos sexuales internos están casi completos. La embriogénesis es un periodo delicado. Si el embrión es defectuoso, se desprenderá y tendrás una regla, con retraso, más abundante de lo habitual.
Semanas del bebé: 5. Talla: 12 mm. Peso: 0,5 g.
Semana 8: Su carita
Has pedido cita al ginecólogo y puede que tengas náuseas y/o vahídos. Se deben a otra hormona que emite este pequeño ser (y tu cuerpo, para protegerle) llamada progesterona. El rostro del embrión se está modelando: los ojos se aproximan, brotan las orejas y la naricilla, el mentón se yergue y en la boca abierta, sin labios, surge una diminuta lengua y aparecen las láminas que darán origen a los dientes. En su cuerpo, casi todo cabeza y corazón, los brazos y las piernas se van desarrollando, pero aún son muy cortos, y hay pequeñas vértebras como de plástico jalonando su espalda hasta la rabadilla (las de la cola ya se han reabsorbido). La mayoría de órganos del bebé se han desarrollado en su forma básica. Por debajo de la piel, fina como el papel, se empiezan a ver una red de vasos sangíneos.
Semanas del bebé: 6. Talla: 1cm. Peso: 1 g.